Zaki Banna: Dime lo que quieres, o al menos lo que ¡No!

Dime lo que quieres, o al menos lo que ¡No!

 

Para cuando el reloj marcaba las 4:40 de la tarde, Vanessa llevaba su cuarto café. Tenía la vista perdida, y en medio de un sorbo y un despertar inadvertido, insistió: ¡no comprendo!, dices que sin yo saber lo que realmente deseo, ¿aun así podría orientarme hacia mis objetivos?

¡Así es!, respondió enfáticamente su mentor -quien era una persona ampliamente culta, lleno de paz interior y consecuente serenidad en su hablar; fue el mismo que, un año atrás, participó como orador en un seminario de profesionales al que ella asistió por recomendación de su jefe departamental- ¡es  así de simple! -continuó-, no necesitas conocer la exactitud del destino para emprender tu camino; siendo esta, una forma de método deductivo. Por ejemplo, puede que la semana entrante cuentes con un día feriado, y no sepas en qué ocuparlo, pero ¿será posible que quieras dedicarlo a trabajar? seguramente la respuesta será no, y en ese caso, ya tendrías un paso adelante respecto a lo que vengo diciendo. Partiendo del principio de no querer trabajar ese día, se continua con el mismo proceso de ir eliminando opciones debido a su género o a las características que le son propias, hasta llegar, finalmente, a la elección ideal. De pronto, aquellos planes que comenzaron como presas de una avalancha de dudas, en pocos momentos podrían terminar con un almuerzo en algún restaurante puntual, o una noche de películas; habiendo sido descartada la idea de trabajar, así como la negativa a viajar largas horas, usar vestimentas formales, madrugar, etc.

Bajo este esquema, queda entendido que si la alternativa a elegir no se presenta explícitamente, es posible llegar a ella por vía de descarte; pudiendo aplicarse el mismo sistema a circunstancias diversas, como en el caso de unas largas vacaciones, la elección de tu carrera universitaria, tu pareja, las inversiones económicas, e incluso el empleo que saliste a buscar. Si no tienes claro lo que realmente quieres para ti, puedes empezar a partir de lo que, claramente, no quisieras incluir dentro de tu combo existencial. Probablemente, el camino sea más largo de este modo, pero en ocasiones es más efectivo, a razón de haberse evaluado con más detalle la toma de decisión.

Por otro lado, es natural que cada cosa tenga una carga negativa y otra positiva, desde diferentes ópticas. Nada será totalmente positivo, ni así su contraparte; siendo importante evaluar los aspectos con los que se puede lidiar. Naturalmente, si gozas de alta moral y te ofrecen un empleo de dudosa procedencia o que incluya perversión, aunque sea muy bien remunerado, de horario flexible y en buena ubicación, no será una feliz elección tomarlo; mientras que aspectos como despertar temprano, utilizar uniforme y trasladarte largas distancias, pueden resultar compensados con el hecho mismo de hacer lo que realmente te gusta.

Poco importa la cantidad, más lo que realmente cuenta es la intensidad de cada aspecto, pues cuando la carga te gusta, resulta ser de todo menos carga. De manera que no se trata de restar lo negativo de lo positivo para decidir, sino de exponer ambos aspectos y contrastarlos entre sí; en vista de que muchas veces lo negativo, aún poco, podría perturbarte demasiado; y lo positivo, aun en grandes cantidades, podría no alcanzar ni para reconfortarte.

El viejo mentor de pronto enmudeció, y mientras acariciaba su larga barba, constató en su reloj la necesidad de marcharse. Tomó su boina y vistió su calva, despidiendo con gesto amable a Vanessa, de cuyos ojos había comprobado la disipación de tantas dudas. Lo restante, consistía en una buena digestión y su consiguiente plan de acción.

 

Zaki Banna / @ZakiBanna

 

 

 

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