Asunto pre pagado

asunto pre pagado

 ¿Conoces el dicho sobre el ojo del amo? De ese modo estaba yo. Observando, engordando el ganado; pero desde las afueras de la corraleta. En ese, el lugar perfecto donde se logra apreciar el diámetro completo de mi locomotora financiera; tan cerca de lo perceptible, pero muy lejos de cualquier sensación de acoso posible.

De pronto apareció. Estaba allí, bordeando mi baranda hasta arribar a ese lugar donde, otros como ella, se acercaban para pedir y comprar. Otros como ella, desde luego, pero nunca igual. Esta vez, me reencontré con el tono azulejo que alguna vez sentí extraviado, justo cuando me alejaba del mar de Barbados; y así como en su mirada, llevaba rastros de aquella arena en su piel, bajo el mismo sol que hoy vivía en sus cabellos. Su compañera, la de ojos aborígenes y escultura exponencial, encendía con sus pasos todo el centro comercial; poniéndose en marcha hacia mis horizontes, para poseer la ya ocupada baranda, esa que yo no había decidido compartir.

¡Hola, cariño! -dijo hacia un teléfono de última generación-

¡Claro que sí voy! Y lo haré en compañía de tres bellezas que andan conmigo. Son tal como a ti te gustan. -Enseguida, invadí su aislamiento con mi vista-, sin poder sumergirme en el arte del disimulo.

No te preocupes, papi, -prosiguió- enseguida vamos para allá.

De pronto, el efímero silencio fue roto por quien vestía de isla caribeña; incorporándose en la escena para protestar, mientras abogaba por su derecho al esparcimiento: ¡No pienso ir ahorita! Sea el que sea, debe esperar.

Para mí, era entendible que por los daños en los años, dos caramelos perdieran su envoltorio; el punto controvertido, radicaba sobre la manera en que se podía llegar, hasta el punto de fundición de un sirope tradicional.

¿Cuántas historias rasgadas?, ¿Cuántos sueños arrebatados?, ¿En qué momento cerraron el cuento de hadas?, ¿Desde cuándo se elevaron las consignas de ¡Ni un sapo más!?

Quizás, la rentabilidad del arrendamiento cutáneo incrementaba la experiencia de guarismos positivos; lo que para mí, era posible mediante controles de inventarios, reinversión constante y la implementación de estrategias del marketing actual.

Finalmente, retiré mi atención para comprobar que la baranda había sido liberada. Era sólo mía, y yo de ella una vez más.

Zaki Banna / @ZakiBanna

 

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