Mientras tus ojos juntaban sus extremidades, las gotas de un sudor inclemente enjuagaban la hemorragia multilareral de tu cuerpo en harapo; a la vez que truenos, lluvia y el olor a humedad de un madero en degradé, anunciaba para muchos, que la función acababa de terminar; con la salvedad de aquella rebelde que, durante 33 años, asumió su rol de mamá.
Tus dedos ya no conocían la tensión, tu mandíbula la fuerza de un apretón, ni tus pulmones el ahogo por causa de dolor; habiéndote liberado de todo aquello con el último aliento y ese exhorto al divino perdón, capaz de liberar a un pueblo entero, causahabiente de tus enseñanzas de amor. Fuiste hijo, fuiste hermano, maestro y salvador.
Hoy, creo en ti sin prejuicios ni intermediarios; hoy, se que no es suficiente lo que hacemos para honrar tu virtuosa acción; hoy, se incluso que, frente a aquella cruz, estarían los mismos que hoy declaran seguirte, discutiendo su propia doctrina, las directrices de cada culto, y especulando estadísticas de salvación.
Tristemente, luce como si +2000 años no han sido suficientes para aprender la lección; olvidando que el llamado fue a ser ovejas y artífices de un mundo mejor, en lugar de protagonizar shows mediáticos, engordar cuentas de banco y promover la desunión.
Que la conmemoración de tu muerte sea espacio de reflexión para juntarnos en tu nombre, obrar con tu ejemplo y amar sin distinción.
El blog de Zaki Banna 
Hermosa reflexión… Más allá de lo que significa creer en el Salvador, significativo sería que antes de actuar en cualquier evento de Vida nos hiciéramos esta pregunta. ..Que haría Jesús en mi lugar? ..luego, después de haber interiorizado la respuesta, Decidir …
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